El centenario del impulso biodinámico ha quedado atrás y ahora nos enfrentamos a un futuro abierto. El tema de la última conferencia agrícola, "La tierra como ser vivo", nos invitó a repensar y renovar nuestra relación con nuestro planeta. Los seres humanos somos cocreadores que evolucionamos junto con la tierra. Como dijo Ita Wegman, "se nos invita a transformarnos y a permitir que nuestras acciones fluyan hacia la tierra como resultado de lo que hemos transformado en nosotros mismos". De este modo empezamos a darnos cuenta de que sanándonos a nosotros mismos, sanamos también a la tierra.
Los retos a los que nos enfrentamos hoy en día como individuos en la agricultura parecen insuperables, tanto a pequeña como a gran escala. Con la situación sociopolítica y económica, así como la crisis medioambiental y climática que amenaza a las explotaciones biodinámicas y ecológicas, es fácil perder la fe y el enfoque. Nuestra confianza interior y nuestra seguridad como agricultores parecen frágiles al principio. Pero cuando sabemos que no tenemos que hacer las cosas solos, podemos hacer realidad un nuevo potencial cuando cultivamos juntos. ¿Puede el lema "Nunca se cultiva solo" servir de puerta de entrada a un futuro positivo para nuestra tierra, nuestras explotaciones y nosotros mismos?
Las granjas no son islas aisladas y la agricultura es siempre un esfuerzo colectivo, en comunidad y al servicio de los demás. La agricultura tiene que ver con la comunidad, con reunirse, establecer relaciones y forjar alianzas que contribuyan a una dinámica social nueva y más sostenible. La naturaleza es un buen modelo: siempre responde, se renueva y se adapta cuando una parte interactúa con otra. La comunidad es la cultura del altruismo.
El proceso de construcción de una comunidad es tan difícil como gratificante. Construir una comunidad humana requiere un proceso paciente con muchos niveles de interacción: conversaciones, compromisos y confianza mutua. Puede ser agotador y desafiante, implicar incertidumbre y requerir el desarrollo de nuevas habilidades sociales. Pero con el tiempo, la comunidad también aporta alegría, confianza, seguridad y resiliencia. Se crea un nuevo terreno social y nos damos cuenta de que el terreno social y el natural se necesitan mutuamente.
¿Cómo podemos existir con sentido como seres humanos ligados a la tierra sin una conexión con ella? La granja es una fuente de construcción de comunidad. Como parte natural de este proceso, surgen y se desarrollan relaciones entre todos los seres vivos y espirituales implicados en la individualidad de la granja.
Explorando y desarrollando la agricultura comunitaria, los aspectos de la agrosilvicultura, la fertilidad y vitalidad del suelo, los sistemas alimentarios, los enfoques de "Una sola salud" y los impulsos económicos, podemos desencadenar las fuerzas vitales tanto a nivel personal como social y encontrar soluciones. La participación y la inclusión de todas las personas es la clave para forjar un futuro esperanzador. Bajo el principio rector "You never farm alone", queremos dedicarnos a formas de agricultura que cuenten con el apoyo de la comunidad.
Temas sugeridos para un mayor desarrollo:
- Aspectos sociales y económicos que hacen que las explotaciones sean sostenibles para el futuro
- Humus: una comunidad de tierra y personas
- Colaboración con educación, medicina y nutrición
- La conexión humana con los seres espirituales
Carta de Michael:
Experiencias y aventuras de Miguel durante el cumplimiento de su misión cósmica.
Rudolf Steiner: Principios rectores antroposóficos, GA 26
Date:
Conferencia Agrícola, 4-7 de febrero de 2026