“¿Qué es bueno para mí y para mi familia?, ¿Qué deberíamos comer para mantenernos sanos?, ¿Cómo podemos encontrar un poco de diversión, tal vez incluso placer?, ¿Qué nos construye?” Jasmin Peschke conoce las respuestas a estas preguntas. Con un doctorado en oecotrofología, Peschke es miembro del Departamento de Nutrición de la Sección de Agricultura en el Gotheanum y nos aconseja que hagamos todo lo posible para fortalecer nuestro sistema inmunológico y nuestra salud. En su opinión, esto incluye, por ejemplo: meditación, ejercicio al aire libre, disfrutar del follaje a través de la ventana, e incluso una nube blanca contra un cielo azul – y, por último, pero no por eso menos importante, una comida casera.
“Cocinar es un arte que solamente nosotros los humanos podemos dominar – especialmente en estos tiempos, e idealmente con los niños”, dice Jasmin Peschke. Después de todo, la preparación de las comidas apela a muchos de nuestros sentidos. La percepción consciente de los colores de la comida y su presentación en el plato, así también, el sentido del olfato y – junto con el masticar- el sentido del gusto, son importantes actividades sensoriales que ya forman parte de la digestión y nos preparan para la digestibilidad de la comida. “Por último, pero no menos importante, el microbioma intestinal se nutre de esta manera y nuestro sistema inmunológico se fortalece”, enfatiza la nutricionista. Las comidas frescas preparadas con ingredientes orgánicos o Demeter de primera calidad, juegan un papel muy importante. Esto se debe a que contienen una mayor cantidad de ingredientes vegetales secundarios que promueven la salud, en comparación con los alimentos cultivados convencionalmente.
Todo esto puede realizarse de una manera divertida y entretenida. “Algunos alimentos pueden sorprendernos: podemos aprender sobre los ingredientes, de las hierbas y especias y su composición, incluso descubrir que podemos decorar los platos con flores. Todo lo que es bello y creativo tiene un efecto positivo en nuestro organismo y realiza maravillas para nuestra alma.” La diversidad y la variedad de colores, en nuestro plato, es también importante, “especialmente cuando la vida cotidiana se vuelve monótona”, cree Jasmin Peschke.