Nos encontramos cerca de la Navidad , una festividad que tiene un gran significado en el mundo cristiano como fiesta familiar y que se celebra como tal. Es una ocasión para pasar tiempo con la familia, los suegros y los parientes. Casi ninguna otra época festiva del año está tan llena de expectativas y preparativos, lo que también puede resultar estresante.
Se sabe que determinadas composiciones de las bacterias intestinales están relacionadas con determinados cuadros clínicos. Por ejemplo, en las personas con depresión se detectan más bacterias proinflamatorias y la diversidad bacteriana es menor en comparación con las personas sanas. El microbioma intestinal no solo se ve influido por la alimentación, sino también por factores psíquicos, en particular el estrés. Incluso situaciones de estrés de corta duración pueden provocar cambios.
Un grupo de investigadores estudió en qué medida la cena de Navidad con los suegros influye en la microbiota intestinal. Para ello, analizaron las bacterias intestinales de 24 voluntarios con peso normal, de entre 20 y 40 años. Estos se dividieron en dos grupos: uno pasó la Navidad con los suegros y el otro con su propia familia. Entre el 23 y el 27 de diciembre de 2019, todos los participantes entregaron una muestra de heces para su análisis bacteriano.
Se identificaron siete tipos de bacterias cuyo cambio relativo variaba significativamente. En los participantes que visitaron a sus suegros se observó una disminución significativa de todas las especies de Ruminococcus, un patrón que también se observa en casos de estrés psicológico y depresión. Al mismo tiempo, el grupo que pasó la Navidad con su propia familia mostró una mayor diversidad bacteriana.
Discusión
Los significativos resultados del presente estudio ponen de manifiesto la importancia que tienen para la salud el ambiente, la convivencia relajada y el contacto físico. En la propia familia, el ambiente suele ser más relajado y el contacto físico es más frecuente, por ejemplo, mediante un abrazo o un beso. Es posible que esto no fuera así en el caso del grupo que visitaba a los suegros. Esto podría explicar las diferencias en las bacterias intestinales. El contacto social y físico favorece tanto el número de microorganismos como la diversidad microbiana, contribuyendo así al bienestar. No obstante, sería necesario repetir el estudio con un mayor número de participantes, con comidas idénticas y registrando los niveles de estrés y el comportamiento, para poder confirmar los resultados y extraer conclusiones de validez general.
Lo que es seguro es que la microbiota intestinal es una base importante para nuestra salud: el número y la composición de los microorganismos reflejan tanto nuestros hábitos alimenticios como nuestro estilo de vida. No solo es decisivo lo que comemos, sino también cómo comemos. Además de los alimentos frescos con pocos alimentos altamente procesados, un ambiente relajado y unos contactos sociales estimulantes también contribuyen al mantenimiento de un microbioma diverso y equilibrado y, por lo tanto, a nuestra salud física y mental. Por eso, especialmente en Navidad, vale la pena prestar atención no solo a la comida festiva, sino también a la convivencia armoniosa.
¡Feliz Navidad!
Cena de Navidad con los suegros
por la Dra. Jasmin Peschke y Lea Knöpfler
La cena de Navidad con los suegros influye en la microbiota intestinal. Así lo ha constatado un grupo de investigación. Sorprendentemente, descubrieron que la convivencia con los suegros se refleja a corto plazo en el intestino, y precisamente de una forma que suele observarse en casos de estrés psicológico y estados depresivos. Por lo tanto, además de la elección de los alimentos, el ambiente y el entorno también tienen una influencia significativa en la microbiota intestinal. Una razón más para prestar atención no solo a la próxima comida festiva, sino también a una convivencia armoniosa, como cuidado de la salud física y mental.
Nos encontramos cerca de la Navidad , una festividad que tiene un gran significado en el mundo cristiano como fiesta familiar y que se celebra como tal. Es una ocasión para pasar tiempo con la familia, los suegros y los parientes. Casi ninguna otra época festiva del año está tan llena de expectativas y preparativos, lo que también puede resultar estresante.
Se sabe que determinadas composiciones de las bacterias intestinales están relacionadas con determinados cuadros clínicos. Por ejemplo, en las personas con depresión se detectan más bacterias proinflamatorias y la diversidad bacteriana es menor en comparación con las personas sanas. El microbioma intestinal no solo se ve influido por la alimentación, sino también por factores psíquicos, en particular el estrés. Incluso situaciones de estrés de corta duración pueden provocar cambios.
Un grupo de investigadores estudió en qué medida la cena de Navidad con los suegros influye en la microbiota intestinal. Para ello, analizaron las bacterias intestinales de 24 voluntarios con peso normal, de entre 20 y 40 años. Estos se dividieron en dos grupos: uno pasó la Navidad con los suegros y el otro con su propia familia. Entre el 23 y el 27 de diciembre de 2019, todos los participantes entregaron una muestra de heces para su análisis bacteriano.
Se identificaron siete tipos de bacterias cuyo cambio relativo variaba significativamente. En los participantes que visitaron a sus suegros se observó una disminución significativa de todas las especies de Ruminococcus, un patrón que también se observa en casos de estrés psicológico y depresión. Al mismo tiempo, el grupo que pasó la Navidad con su propia familia mostró una mayor diversidad bacteriana.
Discusión
Los significativos resultados del presente estudio ponen de manifiesto la importancia que tienen para la salud el ambiente, la convivencia relajada y el contacto físico. En la propia familia, el ambiente suele ser más relajado y el contacto físico es más frecuente, por ejemplo, mediante un abrazo o un beso. Es posible que esto no fuera así en el caso del grupo que visitaba a los suegros. Esto podría explicar las diferencias en las bacterias intestinales. El contacto social y físico favorece tanto el número de microorganismos como la diversidad microbiana, contribuyendo así al bienestar. No obstante, sería necesario repetir el estudio con un mayor número de participantes, con comidas idénticas y registrando los niveles de estrés y el comportamiento, para poder confirmar los resultados y extraer conclusiones de validez general.
Lo que es seguro es que la microbiota intestinal es una base importante para nuestra salud: el número y la composición de los microorganismos reflejan tanto nuestros hábitos alimenticios como nuestro estilo de vida. No solo es decisivo lo que comemos, sino también cómo comemos. Además de los alimentos frescos con pocos alimentos altamente procesados, un ambiente relajado y unos contactos sociales estimulantes también contribuyen al mantenimiento de un microbioma diverso y equilibrado y, por lo tanto, a nuestra salud física y mental. Por eso, especialmente en Navidad, vale la pena prestar atención no solo a la comida festiva, sino también a la convivencia armoniosa.
¡Feliz Navidad!
Bibliografía
[1] de Clercq NC, Frissen M N, Levin E, Davids M, Hartman J, Prodan A, Herrema H, Groen A K, Romijn J A, Nieuwdorp M (2019): «The effect of having Christmas dinner with in-laws on gut microbiota composition» Human Microbiome Journal (13), 100058, https://doi.org/10.1016/j.humic.2019.100058.
