Las enfermedades inducidas por la alimentación, como la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, llevan años aumentando en todo el mundo. Esto se relaciona con el aumento del consumo de alimentos altamente procesados con gran cantidad de sal, grasa, azúcar y aditivos. La razón de introducir el Nutri-Score en Francia en 2017 fue proporcionar orientación entre la variedad de productos [1]. El sistema de semáforo de cinco niveles con letras y colores que se muestra en el envase. The dark green A shows the best rating, followed by a light green B, yellow C, orange D and lastly a red E as the worst level. pretende ofrecer al consumidor una visión general de los ingredientes y la composición de los alimentos, contribuyendo así a una dieta equilibrada. Cuanto más fibra, proteínas, legumbres, frutas y verduras contenga un producto, más verde será el semáforo. En cambio, el azúcar, la sal, los ácidos grasos saturados y un alto contenido energético total se indican con un semáforo naranja o rojo. Para facilitar la comparación, solo se comparan los alimentos del mismo grupo, así que la pizza precocinada se compara con la precocinada y no con el zumo de naranja. Con este sistema de evaluación, los aceites vegetales de alta calidad, como los de oliva y nuez, se etiquetaron inicialmente con una C amarilla debido a su contenido en grasa, es decir, una evaluación media, aunque tienen un alto contenido en ácidos grasos insaturados saludables. Con el nuevo algoritmo de cálculo, los aceites se agrupan ahora en la misma categoría que los frutos secos y las semillas. Actualmente se da más importancia al contenido de ácidos grasos saturados e insaturados y a sus proporciones relativas, lo que da lugar a un semáforo de color verde. Sin embargo, aún no se distingue en la calidad del cultivo, por lo que, por ejemplo, no se incluyen en la evaluación más contenido de polifenoles antiinflamatorios en los productos ecológicos — como el aceite de oliva [2] — ni métodos de producción sostenibles. Tampoco se tienen en cuenta aspectos importantes en otros alimentos, como el uso de aromatizantes y aditivos. Sólo los edulcorantes de las bebidas reciben una ponderación negativa. La reagrupación de los alimentos también sigue causando ambigüedades, como la nueva asignación de la leche, las bebidas lácteas y las bebidas vegetales al grupo de las bebidas. Esto plantea la cuestión de hasta qué punto puede compararse la leche de producción biodinámica con el zumo de producción convencional, y si la leche puede contabilizarse en absoluto como bebida para calmar la sed.
La Nutri-Score ofrece una evaluación del alimento basada únicamente en su composición material. El valor saludable de un alimento no lo determinan solo sus componentes, sino también la interacción de distintos aspectos de su producción, empezando por un suelo sano y fértil, pasando por el procesado, hasta la preparación de los alimentos y su consumo. Nada de esto se incluye en la puntuación Nutri-Score, aunque son elementos importantes de una alimentación sana. En cambio, la Nutri-Score refuerza la alienación que ya existe entre los consumidores y los alimentos. La Nutri-Score cede la responsabilidad de decidir qué es saludable o no a la industria alimentaria, que la calcula en función de sus propios términos. Se elimina así nuestro encuentro con el alimento y se cede nuestra propia capacidad de decisión. Pero ¿no es precisamente esta alienación lo que contribuye a los hábitos alimentarios poco saludables de la gente?
Para trabajar a largo plazo sobre las causas de nuestros hábitos alimentarios cada vez menos saludables y las enfermedades asociadas, lo que realmente necesitamos es un encuentro sincero con los alimentos, en lugar de un nuevo algoritmo. Cuando empiezas a centrarte en los alimentos y a interesarte por su producción, empiezas a desarrollar una relación y a notar las diferencias de sabor, aspecto y digestibilidad. El comportamiento alimentario consciente entrena los sentidos y puedes darte cuenta de cómo te afectan los alimentos. Se hace evidente lo que es beneficioso y lo que no. De este modo desarrollas tu competencia alimentaria y puedes tomar decisiones independientes sobre los alimentos que quieres comprar, sin necesidad de una etiqueta semáforo de valor nutricional. Al participar activamente y desarrollar tus facultades, también creas una relación con los alimentos y su origen. Precisamente este tipo de desarrollo, al margen de que nos digan lo que es bueno para nosotros, es necesario para llevar una vida sana. Estos son los enfoques que contribuyen de forma valiosa a una alimentación sana y positiva.
Bibliografía
1
https://www.verbraucherzentrale.de/wissen/lebensmittel/kennzeichnung-und-inhaltsstoffe/nutriscore-das-bedeutet-die-kennzeichnung-76209 consultado el 02.04.2024
2
López-Yerena A, Lozano-Castellón J, Olmo-Cunillera A, Tresserra-Rimbau A, Quifer-Rada P, Jiménez B, Pérez M, Vallverdú-Queralt A (2019). "Efectos de los sistemas de cultivo ecológico y convencional sobre el perfil fenólico del aceite de oliva virgen extra", Molecules, 24(10), doi.org/10.3390/molecules24101986