La Tierra es conocida como el "planeta azul": alrededor del 71% de su superficie está cubierta de agua. Para los cosmonautas en el espacio, el agua tiene un significado especial: no sólo es esencial para la vida, sino que además es muy escasa. Al mismo tiempo, la vista de la Tierra desde el espacio nos hace darnos cuenta de lo preciosa que es, una perspectiva que inspira asombro. Junto con la tierra, el aire y el fuego, el agua es uno de los cuatro elementos necesarios para la vida. La proporción de agua en el cuerpo humano ronda el 60 %. Las frutas y verduras contienen hasta un 95% de agua: un pepino, por ejemplo, contiene hasta un 97% de agua y la lechuga un 95% [1]. Estas cifras demuestran que el agua es el principal componente de los organismos vivos y subrayan así la afirmación: "El agua es vida".
La situación mundial de los recursos hídricos es cada vez más desequilibrada, lo que dificulta el desarrollo sostenible: bajan los niveles de las aguas subterráneas, aumentan las sequías y crecen las inundaciones. Desde hace varios años, los Informes sobre Riesgos Mundiales del ForoEconómico Mundial (FEM) clasifican las crisis del agua como uno de los mayores riesgos globales. En segundo lugar se sitúan la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas, también vinculados en última instancia al agua [2].
De la cantidad total de agua en el mundo, sólo alrededor del 2,5% es agua dulce, de la cual sólo el 0,6% es utilizable para el ser humano y la naturaleza. Esta proporción disminuye constantemente debido a la creciente contaminación. La situación del agua afecta a todo el mundo, no sólo porque el agua es la base de todos los procesos vitales, sino también porque, además de los cambios visibles, como las catástrofes hídricas y la escasez de agua, cada vez son más perceptibles para todos cambios invisibles, como la disminución de la calidad del agua. Cada año mueren alrededor de un millón de personas por enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea. La causa principal es el agua potable contaminada debido a una eliminación inadecuada de las aguas residuales, a la falta de infraestructuras sanitarias o a la eliminación incontrolada de residuos, que contaminan las aguas subterráneas [2]. Sin embargo, incluso en países con sistemas de agua potable bien controlados, se detectan cada vez más residuos como partículas de microplásticos o las llamadas sustancias per- y polifluoroalquiladas (PFAS). Se trata de sustancias químicas industriales que se utilizan en textiles, envases de alimentos y también en productos de alta tecnología como los semiconductores. También se conocen como productos químicos de eternidad porque son duraderos y repelen el agua y la grasa. Una vez liberados en el medio ambiente, son muy difíciles de eliminar, si es que llegan a hacerlo [2]. La contaminación por plaguicidas y nitratos también va en aumento. Un análisis de la contaminación por nitratos en las aguas subterráneas de 292 regiones de todo el mundo mostró que en 49 regiones más de una cuarta parte de las muestras superaban el valor límite de la OMS de 50 mg/l de nitrato [4]. Cuanto más descuidadamente se utiliza el agua, más residuos se acumulan en ella y más se deteriora su calidad. Por tanto, la calidad del agua puede considerarse un reflejo de nuestra forma de vida.
Para garantizar que en el futuro todo el mundo disponga de agua limpia, se han definido objetivos para una mejor gestión del agua a nivel político. Por ejemplo, como parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ODS), todas las personas deben tener acceso a agua potable segura y a un saneamiento e higiene adecuados [5]. También se han adoptado estrategias para un uso más eficiente del agua y se pide a la población que preste atención a su huella hídrica personal.
Sin embargo, para cambiar eficazmente la causa del problema del agua, hay que ver el agua de otra manera: El agua tiene la particularidad de que sólo se hace notar cuando se produce una perturbación. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la cantidad -demasiada, demasiado poca- y en la calidad. Sin embargo, el agua no "grita", sino que permanece en silencio, por lo que a menudo se da por sentada. Lo que se necesita es un enfoque más consciente del agua, un nuevo enfoque y una nueva conciencia de su verdadero valor. Esto es exactamente en lo que se centra la agricultura biodinámica: por ejemplo, se fomenta la acumulación de humus en el suelo, lo que le permite absorber y almacenar agua. Además, no se utilizan pesticidas sintéticos para no contaminar las aguas subterráneas. Este enfoque permite que el agua recupere su forma pura y su verdadera calidad y sirva para la vida.
Bibliografía
[1] Hennig JS: "Wasserreiche Lebensmittel - Warum Wasser essen sich lohnt" foodspring; https://www.foodspring.de/magazine/wasserreiche-lebensmittel recuperado el 13/05/2025
[2] Eid U (2025): "¡El agua! La perspectiva global". Ernährungs-Umschau; 72(4): M248-54. DOI: 10.4455/eu.2025.017
[3] Schneider I (2025): "Agua para la alimentación humana: ¿dónde están las diferencias?". Ernährungs-Umschau; 72(4): M255-61. DOI: 10.4455/eu.2025.018
[4] Abascal E, Gómez-Coma L, Ortiz I, Ortiz A (2022): "Global diagnosis of nitrate pollution in groundwater and review of removal technologies" Science of The Total Environment 810(152233) doi.org/10.1016/j.scitotenv.2021.152233
[5] Objetivos mundiales: "los 17 objetivos" https://www.globalgoals.org/goals/ recuperado el 26/05/2025